
Algún día todos quisimos ser Anthony Bourdain. Por supuesto, yo también, como todos, lo quise hasta aquella mañana fría de junio.
Me llamo Juan Caparrós y siempre fui o estoy a punto de ser cocinero.
ABOUT ME16 de noviembre de 2021Buenos Aires 1991. En general fui o estoy a punto de ser cocinero: lo estudié, trabajé de eso, di clases y ahora tengo un lugar para hablarlo. También me recibí de politólogo e intenté ser periodista. Quise vivir en otra ciudad pero siempre vuelvo a Buenos Aires. Ahora quiero hacer un gastroblog en serio. No me interesa hablar sobre restoranes de moda ni mostrar platos que no vamos a poder comer, de eso ya esta lleno. Juego a la pelota, escribo y cocino.
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Técnicas de cocción muy corrientes que, para mí, deben sepultarse. Muchas por supuestos olores, otras por comodidad, otras por ignorancia y otras, hasta por gustos inentendibles, porque, aunque digan lo contrario, de gustos está todo escrito. Por supuesto, siempre hay pequeñas excepciones a cada punto, pero por regla general es así. ¿Cuáles otras se te ocurren? ¿En cuáles no coincidís?
Porque las modas cambian, porque los paladares mutan, porque importa más el rendimiento y los costos, porque no hay demanda, porque simplemente no eran tan ricos o, porque: solo nos olvidamos. Algunas preparaciones que fueron populares y clásicas en los restoranes y cocinas argentinas, sobre todo porteñas, y hoy se encuentran olvidadas o en vías de extinción.
Ideas simples para enaltecer los platos de todos días. Para salir de lo habitual o darle una vuelta de tuerca a esos clásicos. Mis consejos para algunos platos básicos que solemos comer bien seguido. Otro estilo de milanesa, un puré o una tortilla de papas perfecta, cómo hacer un caldo casero bien rápido o, por ejemplo, con qué salsear cada tipo de pescado.
Malos productos de supermercado que podríamos dejar de consumir y reemplazarlos muy fácilmente por otros mejores y, casi siempre, más baratos. Muchos, son productos ya elaborados para comer peor pero congraciarnos con nuestra fiaca. En otros casos, supongo, solo se trata de ignorancias o costumbres; por ir a lo seguro, por no asumir ningún riesgo o preferir comer peor y más caro, pero conocido.