
Cuánta diferencia de precios hay entre un mercado minorista y un supermercado, en qué productos y por qué pasa esto. ¿Diferencia de precios y con ella, de calidades? ¿Más barato, peores productos? Ejemplos, referencias, estimaciones de lo que podría costar nuestra comida. Hoy, la canasta básica alimentaria ronda los $172 mil por persona promedio, pero: ¿a qué precio toman lo que comemos?



La burrata es un queso de vaca fresco de pasta hilada prima de la muzzarella. Burrata podría traducirse como: mantecoso. Se supone que nació como una necesidad de aprovechar el sobrante de la muzzarella y que tiene menos de 50 años de existencia, su imposición a nivel mundial fue meteórica.
Ambos son quesos blandos o semi blandos preparados con leche de vaca. Ambos tienen una textura bien cremosa y un sabor suave cuando son jóvenes. Y ambos tienen una linea de ceniza en el medio para darle un sabor más potente. Sin embargo, el Morbier es un queso que tiene más de tres siglos y proviene de un pequeño pueblo francés del mismo nombre y, el Blanco de Cabral es una versión cordobesa un poco más suave y cremosa originaria de Arroyo Cabral. Son quesos de maduraciones de algunas semanas e ideales para acompañar algún dulce.
En su aspecto parece un queso blando poco madurado de leche de vaca más, pero al acercarse a él la sorpresa es grande y a veces, no tan grata. Se trata de un queso de cáscara lavada de la región de Saboya, el sureste francés, y se prepara con leche cruda. Tiene una corteza fina de color marrón y un interior bien cremoso y homogéneo. Su intenso olor no se condice con su sabor más bien suave, pero no es simple disociarlos. Es un queso clásico de la cocina francesa, se lo suele combinar con papas u otras verduras. Un queso bien interesante para quienes comen sin prejuicios.
Los quesos azules se definen por esas manchas verdes características que aleatoriamente recorren toda la superficie del queso, las cuales se logran con el agregado de hongos comestibles en la preparación. Sin embargo, los quesos azules pueden ser de leche de vaca, cabra u oveja; ser más cremosos o un poco más maduros, más suaves o más intensos. Cada vez se encuentran más versiones nacionales de los clásicos azules europeos: la madre de todos ellos, el potente roquefort francés de oveja; el cremoso gorgonzola de vaca italiano o el hermano intenso y más maduro asturiano preparado con leches de vaca, oveja y cabra. Un queso azul puede ser cremoso, mantecoso y suave o intenso, penetrante y semiduro; todo depende de su maduración
No todas las pastas deben llevar parmesano o quesos duros de vaca, para algunas lo suyo es el pecorino romano de oveja –como la pasta cacio e pepe–. Hasta hace poco en la Argentina no se producía, pero ya sí. El pecorino es un queso de pasta dura madurado unos seis meses producido con leche de oveja, un poco más intenso que sus similares de vaca como el reggianito, pero de una textura similar. Salado y de sabor a nuez, se debe desgranar.
De cabra, doble crema, artesanales, de granja, de oveja, estacionado; esos quesos que solían ser exquisiteses francesas difíciles de conseguir pareciera que, ahora son un emblema nacional.
Queso de pasta dura de leche de vaca con al menos seis meses de maduración, una gran alternativa al reggianito o al parmesano. De muy buen sabor y de textura compacta. Se debe desgranar y ser quebradizo. Su versión original proviene del centro de Suiza. Se cree que es el queso europeo más antiguo de todos. Hay muy buenas versiones argentinas y es una gran opción más económica frente a los quesos duros de origen italiano.
El feta es el queso griego de cabecera y fundamental en una de sus recetas nacionales: la ensalada griega. Es un queso fresco hecho con leche de oveja o cabra que se conserva en salmuera y se debe desgranar al tacto. Es suave, salado e intenso. Cada vez se encuentran más versiones nacionales de este queso griego adictivo tan útil para ensaladas o preparaciones saladas.
Ambos son quesos de leche de vaca semiduros, ambos son quesos estacionados unos seis meses de pasta prensada, textura y sabor suave. Ambos potencian su sabor con el añejamiento y se vuelven más quebradizos e interesantes. El Raclette es un queso originario del suroeste de Suiza y se lo conoce en todo el mundo por la preparación homónima que consiste en ir derritiendo y bañando con él lo que se te ocurra. En cambio, el queso Lincoln proviene de su pueblo homónimo en la provincia de Buenos Aires y rememora sus pares suizos. El Raclette suele estar algo menos madurado que el Lincoln y por tanto, tener una textura más suave y cremosa.






