Clásicos y únicos: nueve almacenes y locales de la Ciudad de Buenos Aires
Clásicos, históricos, diversos; una Buenos Aires que ya casi no existe, que se va evaporando, perdiendo, olvidando. Ni mejor ni peor, sin nostalgia, otra. Una que estamos dejando de conocer, una que deja el lugar al siglo XXI. Una a la que las crisis en conjunto con la modernidad se la van devorando. Almacenes y tiendas varias en diversos puntos de la ciudad que vale la pena conocer, lugares únicos –sin sucursales, por supuesto, como todo buen comercio–, lugares con pasado y presente, lugares con productos interesantes y que no se encuentran en aquellos comercios, todos un poco parecidos, que se repiten y repiten, cada vez más, sin identidad, por la Ciudad de Buenos Aires.
Sabores Europeos, viejo almacén de importados
Uno de esos pocos viejos almacenes clásicos de productos importados, algunos fiambres, bebidas, chocolatines y conservas que quedan en Buenos Aires. El dueño en la caja, las patas de jamón colgando y los ventiladores a toda marcha en el verano porteño. Una juguetería nostálgica. A metros del Abasto sobre Avenida Corrientes, grandes persianas verdes y una estética que no cambió en las últimas décadas y ese, es su gran encanto. Con bastante ascendencia judía, por su ubicación, que se nota en su pastrón, su rica tarta de queso, sus panes y demás. Para darse un gusto en forma de bebida alcohólica o producto de calidad. Uno de esos lugares de Buenos Aires en extinción que vale la pena, al menos, a conocer.
Av. Corrientes 2921
Helueni, clásica rotisería judía-árabe
Un clásico del Once y de su comunidad judía. Un local de comida árabe para llevar, un negocio familiar con más de cincuenta años, un lugar sin ninguna pretensión más que la fidelidad a sus clientes. Especialista en cocina judía sefardí, famosos, sobre todo, por sus lajmayín –empanadas abiertas de carne– con una salsa agridulce secreta y sus boios de verdura.
El nombre del local es el apellido de una familia que lleva cuatro generaciones ofreciendo productos típicos de sus orígenes: Alepo, Siria. Pero “Helueni” no es otra cosa que dulce y ojos o “Helu” y “Eni”. Fue el nombre con el que inscribieron a Don Abraham, abuelo del actual encargado, al llegar en barco a Buenos Aires a principio del siglo XX ya que, sin hablar español, le queso explicar al muchacho de migraciones su oficio, que hacía dulces, que era panadero. El hijo de Abraham abrió su propio local, “Helueni”, en 1964 a unas dos cuadras del actual y, hace más de 30 años que están sobre Córdoba. Una decoración sin cuidados para poner toda la atención en el producto. Todos tipo de panificados rellenos típicos, muy rico queso hilo, buenas pastitas del mezze y otros clásicos sirios como los yabrak u hojas de parra rellenas, las cebollas rellenas o los mamul varios.
Un templo cultural y gastronómico de Buenos Aires, de esos que van quedando pocos y le dan la identidad a una comunidad y a una ciudad.
Av. Córdoba 2495. @heluenideavcordoba
Don Elias, fiambrería almacén con mítico pastrón
Atendido por sus dueños, Adriana y Claudio, con impronta y esencia propia, Don Elias ya es un clásico y parte de la cultura porteña. Fiambrero hace unos cuarenta años, Claudio se dio cuenta hace unos quince que debía ofrecer un buen pastrón o como lo llaman allí, pecho vacuno ahumado. Envasado al vacío y con su receta para transformarlo en el típico hot pastrami estilo deli neoyorquino. Para ello, hay que hornearlo envuelto en papel aluminio junto a cerveza negra y coca-cola por largo rato. Como bruta generalidad, aquellos no judíos suelen comer o conocer el pastrón como un fiambre, frío y cortado en fetas finas. En cambio, para la comunidad judía el pastrón suele ser una preparación caliente para comer con cuchillo y tenedor clásicamente acompañado de farfalaj.
El local se encuentra sobre Warnes entre talleres de autos y está cargado de identidad, de peso propio. Allí ofrecen también buenas conservas y encurtidos –como los pepinillos–, buenos panes de centeno y pletzalej, quesos, fiambres, su dulce de leche San Bernardo, una marca de la casa; y otros productos envasados clásicos de la cocina judía.
Abren hasta el mediodía porque bien saben que la plata es un bien menor comparada con la felicidad.
@pastromdonelias. En Avenida Warnes 570
La Esquina de las Aceitunas, el templo griego de la oliva
Cuatro generaciones de una familia de origen griega orgullosos de su producto. Qué más se necesita. Primero al por mayor, por su cercanía con el antiguo Mercado de Abastos, desde fines de los años 50’s hasta los 90’s y, a partir de allí, al por menor, a los clientes del barrio. Un nombre bien literal: antigua y gran esquina de Almagro donde se ubican más de una docena de grandes tachos azules de diversas aceitunas, verdes y negras, en salmuera –mayoría de ellas de origen riojano–. Además, las ofrecen rellenas en una quincena de opciones. Está claro cuál es el foco de este comercio ícono de la Ciudad de Buenos Aires hace más de 60 años: una aceituna de calidad. A la vieja lógica comercial donde cada uno ofrecía y se especializaba en algo particular para poder ofrecer la mejor calidad posible. La variedad hace perder de vista, muchas veces, gran parte de la calidad de tu oferta.
Guardia Vieja 3602 @esquinadeaceitunas
Casa Polti, la reina de las dietéticas
Desde 1929 una institución del barrio de Belgrano, hoy ofrece todo tipo de productos secos locales e importados: especias, legumbres, arroces, semillas, frutos secos, conservas y demás productos a granel o empaquetados. Con local fuera y dentro del Mercado de Belgrano, un lugar fundamental para comprar hierbas y especias en Buenos Aires que nació como un comercio que ofrecía, fundamentalmente, alimento para pájaros; hace un siglo las palomas mensajeras y las aves en las viejas quintas de Belgrano eran, aún, algo cotidiano. Identidad, tradición e historia; un almacén clásico de un barrio de las afueras de la ciudad que se transformó en “dietética” de un ajetreado barrio céntrico porteño sin siquiera tener que trasladarse.
Avenida Juramento 2455 @casapolti
Don Cosme, fiambrería de barrio y tanto más
Como debieran ser todas las fiambrerías de barrio de cada barrio porteño. Dos generaciones, padre e hijo, con orgullo al frente de su negocio hace más de cincuenta años. En una esquina centenaria de Colegiales –donde hace unos meses un idiota borracho se incrustó con su auto y destruyó gran parte del local–, puro hierro y vidrio, bien amplio y agradable, cuelgan del techo los jamones, del entrepiso los embutidos y dentro de las heladeras, una variedad de quesos envidiable y pocas veces vista en Buenos Aires. Además, ofrecen sándwiches al mediodía hechos en el momento con su buen fiambre. Opciones para casi todos los bolsillos, no son pretenciosos, solo ofrecen un buen producto. Andá e intentá salir sin llevarte nada.
Av. Córdoba 6317. @picadasdoncosme
El Horno de Medio Oriente, confitería y almacén árabe
Una confitería, panadería y almacén de raíces sirias que lleva casi 40 años fiel a sus sabores, cultura y tradiciones. Hace 25 que se ubican en aquella esquina de San Cristobal a metros de la Mezquita Al Ahmad, lugar del Centro Islámico Argentino. En un primer momento, se impusieron por sus panes pita artesanales y sus empanadas cerradas –fatay– o abiertas –lehmeyun–. Nació como un horno para sus preparaciones y las de sus vecinos –como tradicionalmente sucedía en Medio Oriente donde cada uno llevaba su comida y sus panes al horno del barrio– y se transformó en un clásico muy recomendable de Buenos Aires. Todo para el mezze o aperitivo árabe, mucha variedad de sfijas, buen shawarma, muy ricos dulces típicos como el mamul, el baclawa o un café turco hecho de la manera más fiel. Infinita variedad de buenos dulces y salados y cada uno en diversos tamaños. Además, especias, frutos secos y envasados importados.
Av. Juan de Garay 2501 @elhornodemediooriente
Cafezenda, templo del café
En las fronteras entre Palermo y Belgrano, en una esquina de una vieja casa está este templo del café hace casi ochenta años. Con más de una docena de variedades de café en grano a la vista en sus grandes dispensers de vidrio y con las antiguas máquinas de molienda, tostado y conservación también allí, en el medio de ese gran salón antiguo con ladrillo a la vista, piso damero y mesadas de madera. Te aconsejan el tipo de café y molienda adecuada para cada uno y cada método de elaboración. Un local clásico y recomendable de Buenos Aires que lucha contra los embates de la modernidad y ofrece un buen producto.
Avenida Cabildo 199 @cafezenda
La Torinesa, fábrica de pastas, almacén y rotisería
Con un presente incierto debido a la crisis económica, este histórico comercio de flores seguramente sea la fábrica de pastas más antigua aún en funcionamiento de Buenos Aires –1910– y tanto más que eso. En su local se respiran aires de una Buenos Aires que ya no existe, en sus mostradores, en sus vidrieras de madera, en sus escaparates con pastas de muestra, en su esencia de almacén, rotisería, fábrica de pastas, fiambrería y vinería a la vez.
Con una de las vidrieras más lindas de la ciudad y un interior a juego con la fábrica de pastas a la vista es uno de esos lugares que hacen de Buenos Aires un espacio único donde se reúne el pasado italiano y español con estas tierras donde todo abundaba. Pastas porteñas rellenas de toda la vida, algunos platos de rotisería que se multiplican en las fiestas con todos su clásicos y buena variedad de vinos y fiambres.
Pedernera 37 @latorinesadeflores