
Ni un arroz pegajoso con hongos, ni arroz caldoso con pollo ni arroz suelto salteado con verduras; un risotto. Es un plato muy simple de hacer y a la vez, muy fácil de hacer mal. Su historia, sus secretos, sus diez mandamientos y sus recetas.

Ni un arroz pegajoso con hongos, ni arroz caldoso con pollo ni arroz suelto salteado con verduras; un risotto. Es un plato muy simple de hacer y a la vez, muy fácil de hacer mal. Su historia, sus secretos, sus diez mandamientos y sus recetas.

La paella no es un arroz con cosas. La paella no es un arroz amarillo húmedo y suelto. La paella no es guiso. La paella no es un fuentón de arroz con mariscos, arvejitas y morrón. Existen tantas variantes de la paella como regiones o pueblos españoles y a la vez, tantas veces se usa su nombre en vano.

El mundo consume unos 50 kilos de arroz por persona por año o lo que es lo mismo casi unos 150 gramos por día: un buen plato de arroz por día cada uno de nosotros, sin excepción. El progreso es, en casi todos los casos –si no todos–, inversamente proporcional al consumo de arroz.

Malos productos de supermercado que podríamos dejar de consumir y reemplazarlos muy fácilmente por otros mejores y, casi siempre, más baratos. Muchos, son productos ya elaborados para comer peor pero congraciarnos con nuestra fiaca. En otros casos, supongo, solo se trata de ignorancias o costumbres; por ir a lo seguro, por no asumir ningún riesgo o preferir comer peor y más caro, pero conocido.

Cuánta diferencia de precios hay entre un mercado minorista y un supermercado, en qué productos y por qué pasa esto. ¿Diferencia de precios y con ella, de calidades? ¿Más barato, peores productos? Ejemplos, referencias, estimaciones de lo que podría costar nuestra comida. Hoy, la canasta básica alimentaria ronda los $172 mil por persona promedio, pero: ¿a qué precio toman lo que comemos?

Hoy, no somos una de las grandes cocinas del mundo, siquiera una de las grandes cocinas de América, como lo son México o Perú. Qué tienen aquellas cocinas dominantes o qué nos falta a nosotros. Generalidades, mi subjetividad, por supuesto.

Algunas de las panzadas más famosas y representativas de la historia de la gastronomía. El banquete quizás sea el hecho donde mejor se puede entender la alta cocina de cada época; qué era lo fastuoso, bien visto y vanguardista a lo largo de la historia a través de comidas únicas, menús pensados y preparados solo para esa ocasión con comensales que no son clientes sino, invitados.

Lo veo en redes, en amigos, lo veo en certámenes de cocina, en mi familia y la de muchos de nosotros. Muchos sabemos que los cometemos, incluso yo, pero seguimos conviviendo con ellos; por fiaca, por comodidad, por costumbre. Lo mejor es enemigo de lo bueno, pero tratar de saber qué es lo mejor no es despreciable. Cuál agregarías o quitarías.