Los 20 elementos que nunca deberían faltarte en la cocina
La modernidad intenta imponernos elementos de lo más inútiles que ocupan lugar y confunden nuestras ideas tales como: los cortadores de huevos duros, los deshuesadores de aceitunas, los picadores de ajo, las almohadas para cucharones o los separadores de granos de choclo. Tampoco estamos hablando de condimentos ni electrodomésticos ni cuchillos, sino de los elementos básicos e indispensables que cualquiera debería tener en su cocina. Aquellos realmente necesarios y con los cuales vas a poder hacer cualquier preparación.
Molinillo: Hay pocas comidas que no necesiten pimienta y por eso, un buen molinillo de madera o metal es indispensable –tratá de no usar pimienta ya molida–. Peugeot es la marca más clásica y respetable pero no así la más barata. En el molinillo podés también jugar con la mezcla de semillas o bayas que quieras.
Espátula plana de acero: Una buena espátula de acero delgada –y quizás un poco fexible– es uno de los pocos elementos que todo cocinero debe llevar en su bolsillo a todos lados. Dar vuelta, despegar, levantar, servir. Cualquier comida lo necesita.
Pinzas de acero: Junto a la espátula son los dos elementos más usados a la hora de cocinar. Son amigos en el bolsillo del cocinero durante el servicio.
Cuchara de madera: Un buen utensilio que lleva más de cinco mil años sin grandes cambios merece el respeto de todos. Sin cuchara de madera no hay comida de olla, como mínimo.
Espumadera de acero: La de plástico se derrite al contacto con el calor, no podes sumergirla en aceite durante algunos segundos o dejarla cerca del fuego. Para freír, colar, desespumar y tantas otras cosas.
Plancha redonda de hierro: No hay dorado/caramelizado como el de una plancha de hierro. Para carnes ideal con canaleta para que no se cocine sobre sus propios jugos, para verduras ideal si es plana para que dore bien toda la superficie. Es el complemento ideal de una sartén antiadherente.
Una buena sartén antiadherente: Con una sartén mediana -26cm, por ejemplo- con un mango que sea apto para horno podés preparar casi cualquier cosa.
Mortero de madera o piedra: Otro elemento prehistórico e irremplazable. Para especias, preparados secos y salsas.
Pisapuré y chino de metal: Para alisar sopas y salas y por supuesto, hacer puré.
Cucharón de plástico o acero: Indispensable para servir o agregarle líquido a alguna preparación –ejemplo: caldo al risotto o agua de cocción a una salsa.
Una olla grande de fondo grueso: para hacer guisos, sopas, hervir pastas, nadie es tan valiente como para discutir una buena olla.
Colador de metal
Una olla chica de fondo grueso: para porciones individuales, hacer arroz, hervir un huevo, calentar agua o recalentar casi cualquier cosa.
Tabla de plástico: las tablas más útiles, pulcras y duraderas. En lo posible gruesa y lisa.
Repasador: el acompañante de todo cocinero, en la cintura o en el hombro, no puede faltar. Uno se siente desnudo sin él.
Bowl metálico: práctico e indestructible. Mucho más recomendable que uno de vidrio o plástico. Puede ponerse al calor y no se rompe, se lava fácil y son livianos.
Batidor de mano de metal o batidor globo: la licuadora de nuestras abuelas.
Rallador con varias medidas: Para verduras, cáscaras de cítricos o queso. Desde mandolina hasta zester.
Vaso medidor: Para cualquier preparación que requiera alguna exactitud, irremplazable.
Pelapapas: Otro elemento sin reemplazo pese a los infinitos intentos, un buen pelapapas cómodo y filoso es una caricia al alma.