
Usá las verduras que están mejor y más baratas en este momento. La primavera trae brotes, flores, frutos, hojas y legumbres deliciosas. Ideas, buenas combinaciones, cocciones ideales y mi receta favorita para cada una.
Usá las verduras que están mejor y más baratas en este momento. La primavera trae brotes, flores, frutos, hojas y legumbres deliciosas. Ideas, buenas combinaciones, cocciones ideales y mi receta favorita para cada una.
Usá las verduras que están mejor y más baratas en este momento. El invierno no es una gran temporada de frutas pero no así, de verduras. Muchas de ellas, menospreciadas o con injusta mala fama. Ideas, buenas combinaciones, cocciones ideales y mi receta favorita para cada una.
Preparaciones que son una comida completa, con distintas carnes, legumbres, cereales, hierbas, frutas y por supuesto, vegetales; ideales para el verano. Además, el aderezo particular para cada una.
Qué hacer con cada una, con qué combinarlas, cómo prepararlas, por qué aprovecharlas y comerlas ahora que es cuando están más ricas y baratas. Tres buenas recetas con cada una.
Para servir de entrada, para untar con pan, snacks, verduras, tostadas, totopos o lo que se te ocurra, para disfrutar las noches de primavera; opciones simples, ricas y accesibles.
Probamos tres técnicas y recetas bien distintas y te contamos cómo salió cada una y cuál es para nosotros la ideal. El buñuelo –o bocadito o bocadillo– es un clásico de nuestra cocina de inmigrantes. Es uno de esos platos que consideramos insignia de la gastronomía Argentina y que, como casi todos ellos, llegaron en barco con nuestros bisabuelos a fines del siglo XIX. Los buñuelos en su origen seguramente provengan de la gastronomía mora –quienes dominaron la península Ibérica desde el siglo VIII al XV.
Cómo y por qué cocinar hinojos, repollos, remolachas, berenjenas o coliflores a la parrilla y qué hacer cuando los sacamos del fuego.
Todo cambió, a partir de ese 14 de julio de 1789 el mundo no fue igual y por supuesto, la gastronomía tampoco. La revolución que estalló por falta de comida terminó revolucionando las cocinas.
Una cocina italiana que, curiosamente, no llegó a Buenos Aires. Solo el 1,4% de los inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX y principios del XX provinieron de la región del Lacio –capital Roma–. Una cocina más bien de clases bajas, con mucha menudencia, corte despreciado, fiambres no elegantes y quesos de oveja. No se trata de una “cocina de producto” despojada y elegante sino, al contrario, de enaltecer con mano y corazón alimentos baratos. Una cocina de casa, reconfortante y bastante simple de preparar. Pocos ingredientes, ricos.
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Técnicas de cocción muy corrientes que, para mí, deben sepultarse. Muchas por supuestos olores, otras por comodidad, otras por ignorancia y otras, hasta por gustos inentendibles, porque, aunque digan lo contrario, de gustos está todo escrito. Por supuesto, siempre hay pequeñas excepciones a cada punto, pero por regla general es así. ¿Cuáles otras se te ocurren? ¿En cuáles no coincidís?
Porque las modas cambian, porque los paladares mutan, porque importa más el rendimiento y los costos, porque no hay demanda, porque simplemente no eran tan ricos o, porque: solo nos olvidamos. Algunas preparaciones que fueron populares y clásicas en los restoranes y cocinas argentinas, sobre todo porteñas, y hoy se encuentran olvidadas o en vías de extinción.