
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Existen muchos y mejores programas de y sobre cocina que los afamados y aclamados realities. La cocina es una excusa en la mayoría de ellos para conocer culturas, lugares e historias: viajar y disfrutar desde la cama –y de paso, salivar y aprender recetas.
DEBATES24 de enero de 2022Todos disponibles en Argentina –enero 2022– tanto en televisión de cable como en las distintas plataformas.
Ugly delicius –Netflix–
En cada capítulo, el simpático chef estadounidense de ascendencia coreana David Chang –famoso por Momofuku: cadena de restoranes laureados y especializados en ramen– come e indaga sobre una preparación determinada: Pizza, tacos, pollo frito, curry; entre otros. Lo hace visitando a los mejores chefs –y sus restoranes– en cada especialidad alrededor del mundo. Dinámico, divertido, interesante. Dos temporadas, capítulos de menos de una hora.
Food Safari –El Gourmet–
Programa de televisión australiano conducido por la cocinera y periodista Maeve O’Meara. En cada capitulo, Maeve se adentra en los restoranes y costumbres de un país distinto para contarte sus recetas, ingredientes y hábitos. Pese a que cada capitulo es un “viaje” por un país distinto, todos transcurren en Australia, sin embargo eso no lo hace menos atractivo. Muestra recetas muy auténticas, está bien contado y es dinámico. Capítulos de 30 minutos.
Hay, a su vez, tres temporadas de Food Safari muy recomendables –que ya volverán a estar al aire–: “Al fuego”, “De la tierra” y “Del agua”.
El Bulli, historia de un sueño –Amazon–
Es el recorrido cronológico del mítico e inigualable restorán de Ferrán Adriá: El Bulli, el mejor del siglo XXI, el que revolucionó la gastronomía a nivel mundial como ningún otro. El recorrido arranca antes de Adriá, allá por los sesentas: el momento en que abre ese parador perdido de la Costa Brava catalana. Y, a través de 12 capítulos vamos viendo el progreso y desarrollo de El Bulli hasta convertirse en el mejor restorán del mundo y cerrar sus puertas en 2011. Para entender la cocina contemporánea y para entender como funcionaba el mejor restorán del siglo y la mente detrás de él.
Somebady feed Phil –Netflix–
El comediante Phil Rosenthal viaja por el mundo y nos muestra las mejores comidas de decenas de ciudades con un humor muy particular y envidiable a la vez. Phil es un humorista judío de Nueva York y eso está presente en cada capítulo –al final de cada uno habla y le cuenta a sus padres cómo la pasó y qué comió–. Es imperdible, gracioso e interesante a la vez. Cuatro temporadas, una hora por episodio. Hay un capítulo sobre Buenos Aires.
¿Cómo se elabora? –El Gourmet–
Programa español que se adentra en las entrañas de las fabricas de alimentos para contarte como se producen muchas de las cosas que podemos comer cada día. Interesante y curioso punto de vista poco explotado por otros programas. Te cuenta el proceso de elaboración de productos simples de supermercado. Pese a ser español y mostrar productos típicos de allá, muchos son los mismos que consumimos en Argentina. Cada episodio de media hora muestra la elaboración de tres productos.
Taste the Nation –Star +–
Una serie sobre la vida y comida de los inmigrantes en Estados Unidos. La india Padma Lakshmi viaja por el país para conocer y charlar con los diferentes grupos étnicos que componen Estados Unidos. Una mirada distinta sobre la cultura y las raíces americanas y la adaptación de los pueblos en otros territorios. Una temporada, capítulos de 30 minutos.
Flavorful origins –Netflix–
Una serie muy particular con una fotografía única. Cada una de sus tres temporadas trata sobre las preparaciones y productos tradicionales de una determinada región de China. Es un viaje al corazón de las costumbres chinas a través capítulos de poco más de diez minutos sobre una determinada receta o elemento muy específico. Armonioso, interesante y bello de ver.
Rapsodia de: las comidas más amadas de Corea –Netflix–
Un viaje a las costumbres y sabores Coreanos. Tiene tres temporadas de dos capítulos cada una: panza de cerdo, fideos fríos y carne de res. Cada uno es un homenaje y a la vez, un estudio de los platos más sabrosos y valorados de Corea. Quizás no es tan dinámica pero tiene muy buena fotografía y lográs conocer una cultura que nos es muy ajena y te das cuenta que a la vez, no lo es tanto –por ejemplo: el costillar a la parrilla es igual de venerado.
Me voy a comer el mundo –El Gourmet–
Popular programa español conducido por la simpática y un poco “cándida” Vero Zuma. Tiene ya tres temporadas y, en cada episodio de una hora Vero recorre una ciudad del mundo distinta. Prueba las comidas más tradicionales, va a la casa de algún local y pasea por los mercados. Programa un poco naíf pero muy bien logrado y muy fácil de disfrutar.
Raja, Rasoi aur anya Kahaniyaan –Netflix–
Un viaje por las tradiciones culinarias de las diversas regiones indias. Cada una tiene sus productos y platos tradicionales, sus historias, sus costumbres y hasta sus idiomas. Cada capítulo de la serie se adentra en una de ellas. La cocina india es infinita, auténtica y súper compleja. 11 episodios de 45 minutos cada uno. Para conocer una cultura y una cocina única y muy distante.
Desayuno almuerzo cena –Netflix–
Una miniserie conducida por el simpático y aclamado David Chang. Esta vez, David recorre cuatro ciudades junto a cuatro famosos oriundos de cada ciudad. Cuatro capítulos, 45 minutos cada uno. Divertido y distendido. Una gran manera de pasar el rato o perder el tiempo con alegría.
De la vida al plato –Amazon–
Ocho episodios sobre los mejores o más característicos restoranes de España. Cada uno se adentra en la historia y progreso de cada establecimiento y chef a cargo. Para entender la cabeza de los chefs, la dedicación y perseverancia. Para conocer preparaciones increíbles y los íconos españoles. Una hora cada capítulo.
Street food: Asia –Netflix–
Un recorrido por los mercados, puestos y comidas callejeras de nueve de las ciudades más interesantes de Asia. Cada capítulo de media hora trata sobre una ciudad y sus preparaciones más características. Bien hecho, lindo de ver, interesante. No así, la versión Latinoamérica, un poco más aburrida y menos interesante –también disponible en Netflix.
Todos el mundo a la mesa –Netflix–
El único reality de la lista. Una super producción a todo trapo donde en cada capítulo cocineros de un país determinado deben preparar las recetas más tradicionales para tres jurados famosos de su tierra. Nueve países, nueve episodios y una final: los mejores de cada país compiten entre ellos para conocer al gran ganador. Bien hecha, entretenida y muy grandilocuente.
Anthony Bourdain: lo desconocido –Amazon–
De lo poco disponible en Argentina de toda la fructífera carrera televisiva de nuestro ídolo. En estos 16 capítulos divididos en dos temporadas que ofrece Amazon, Anthony recorre –como solo él lo hace– territorios poco explorados como Myanmar, Congo o Libia y también, otros más populares como Japón, España o Perú. Para no olvidarlo, para disfrutar. Episodios de 45 minutos.
¿Cuál es tu programa favorito?
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Todo cambió, a partir de ese 14 de julio de 1789 el mundo no fue igual y por supuesto, la gastronomía tampoco. La revolución que estalló por falta de comida terminó revolucionando las cocinas.
Cuándo la cocina regional dejará de ser sinónimo de NOA y sus platos patrios, cuándo habrá restoranes mesopotámicos o chaqueños en Buenos Aires, cuándo la alta cocina porteña se animará a crear verdadera cocina argentina, cuándo dejaremos de reproducir incansablemente, a toda escala, la cocina de bodegón y el asado, cuándo haremos de la cocina argentina una cocina propia, con identidad y anclaje como lo son –y entendieron el camino de la alta cocina hace un par de décadas– la mexicana y la peruana.
Cómo comemos en el mundo: ¿Con la mano, con palitos, con cubiertos, solo con cuchillo, entre panes? ¿Compartimos o comemos lo nuestro? ¿Siempre sobre un plato? ¿Cuál les parece la mejor o más sofisticada manera de comer?: ¿el Tenedor y el cuchillo, trinchar y cortar cada comida? ¿usar palitos en preparaciones ya porcionadas? ¿o comer con las manos, el acto más natural?
En el 2024 vamos a haber comido, cada uno de los argentinos, la menor cantidad de carne de vaca de nuestra historia –por persona al año–, al menos desde que se tenga registro, cosa que sucede desde 1914. En el 2024 no vamos a haber comido, por primera vez en más de dos siglos de historia, más carne de vaca que de pollo –o que de cualquier otro animal–. En el 2024 no vamos a haber elegido comer la menor cantidad de carne de vaca de nuestra historia, lo cual hubiera sido respetable, incluso valorable; pero no es así: es consecuencia de su precio, de las posibilidades de cada argentino, de sus sueldos y sus obligaciones de comer y comprar, con suerte, carnes más baratas.
Todo cambió, a partir de ese 14 de julio de 1789 el mundo no fue igual y por supuesto, la gastronomía tampoco. La revolución que estalló por falta de comida terminó revolucionando las cocinas.
Una cocina italiana que, curiosamente, no llegó a Buenos Aires. Solo el 1,4% de los inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX y principios del XX provinieron de la región del Lacio –capital Roma–. Una cocina más bien de clases bajas, con mucha menudencia, corte despreciado, fiambres no elegantes y quesos de oveja. No se trata de una “cocina de producto” despojada y elegante sino, al contrario, de enaltecer con mano y corazón alimentos baratos. Una cocina de casa, reconfortante y bastante simple de preparar. Pocos ingredientes, ricos.
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Técnicas de cocción muy corrientes que, para mí, deben sepultarse. Muchas por supuestos olores, otras por comodidad, otras por ignorancia y otras, hasta por gustos inentendibles, porque, aunque digan lo contrario, de gustos está todo escrito. Por supuesto, siempre hay pequeñas excepciones a cada punto, pero por regla general es así. ¿Cuáles otras se te ocurren? ¿En cuáles no coincidís?
Porque las modas cambian, porque los paladares mutan, porque importa más el rendimiento y los costos, porque no hay demanda, porque simplemente no eran tan ricos o, porque: solo nos olvidamos. Algunas preparaciones que fueron populares y clásicas en los restoranes y cocinas argentinas, sobre todo porteñas, y hoy se encuentran olvidadas o en vías de extinción.