
Ideas simples para enaltecer los platos de todos días. Para salir de lo habitual o darle una vuelta de tuerca a esos clásicos. Mis consejos para algunos platos básicos que solemos comer bien seguido. Otro estilo de milanesa, un puré o una tortilla de papas perfecta, cómo hacer un caldo casero bien rápido o, por ejemplo, con qué salsear cada tipo de pescado.



Papa frita de hogar, no llega a estar bien crocante por fuera, le queda una capa exterior gruesa pero no del todo apetecible. Por dentro, secas, pero no sumamente disfrutable, casi apelmazadas. Por dentro no llega a transformarse en un puré cremoso y por fuera no llega a ser bien crocante. Se empiezan a quemar antes de terminar de hacerse bien por dentro.
Pese a lo que indicaría el sentido común, quedan unas papas fritas bien secas y algo crocantes por fuera. Más crocantes que aquellas desde aceite bien caliente pero no ideales. La capa exterior es demasiado gruesa para ser perfectamente crocante. Por dentro, mejor textura, por fuera mejor textura, mejor opción, no la ideal. Estuvieron unos 25 minutos en la fritura hasta que estuvieron listas.
Muy buen resultado, crocantes por fuera y bien tiernas por dentro. Ya una película exterior más fina y crocante que las hechas con un solo método de cocción. Un dorado distinto, más rico y apetecible. Es una buena opción, toma menos tiempo que aquellas más complejas y el resultado es bueno.
Una papa frita perfecta: una fina capa crocante por fuera, un cristal que se resquebraja al morderlo. Bien cremosas por dentro. Todo lo que una papa frita merece ser.
Muy buenas, una finísima capa crocante y por dentro bien cremosas, un puré. Resultado muy similar a la papa frita de triple cocción. Cualquiera de las dos es deliciosa, quizás por muy poco son mínimamente mejores la versión de triple cocción: la capa exterior es aún más crocante y tentadora.







