
Un paseo por el mundo en colectivo: seis mercados o supermercados étnicos porteños más allá del famoso Barrio Chino.
Un paseo por el mundo en colectivo: seis mercados o supermercados étnicos porteños más allá del famoso Barrio Chino.
Las historias, formas, características y dónde probar las grandes pastas rellenas del mundo. Asociamos a la idea de pasta rellena con sus variantes italianas y sobre todo, a los ravioles, pero casi cada gran cultura creó o adoptó alguna pasta rellena como propia. Hay decenas de ellas desperdigadas por el mundo que deben ser descubiertas y saboreadas. Tales como los jiaozi chinos, los momos tibetanos, los manti turcos y los mandu coreanos, los pelmeni rusos o los pierogi polacos, entre tantos otros.
Fresco, saludable, variado, apetecible, bonito, nutritivo y a la medida de cada uno; un plato ideal para el verano. Se sirve en un bowl y es una comida bien completa, con proteínas, carbohidratos, verduras y frutas. Es de origen Hawaiano pero necesitó de la influencia japonesa para consagrarse en el mundo.
Detrás de un portón y al final de una explanada se esconde un gran rincón japonés de Buenos Aires: la Nueva Casa Japonesa. Allí, se oculta el único supermercado de productos nipones de la ciudad y un muy buen restorán en la plata alta. Abrió hace poco más de cinco años y dentro de su gran e intrincada estructura, que disimula casi cualquier relación con el exterior, hay un muy variado supermercado, un sushi bar y un puesto de donburi –cuenco de arroz blanco con diversas preparaciones calientes por encima– y un restorán bien clásico japonés con una muy buena cocina y platos que solo se encuentran allí.
La cocina japonesa es simple y elegante, de sabores puros y complejos a la vez, es delicada, precisa, exacta, quizás la gastronomía de mayor influencia mundial en la actualidad; y el sushi, es su gran obra e ícono. El sushi debe ser la simpleza más perfecta, los sabores más sutiles y el equilibrio más exacto entre la frescura del pescado, el arroz levemente avinagrado, la salazón justa de la salsa de soja y el picor lejano del wasabi.
Preparar sushi es más fácil y rápido de lo que parece, al segundo intento ya sale perfecto y más rico que en muchos restoranes o deliveries. Además, con lo que cuesta un combo de sushi para dos podés preparar en casa sushi para al menos seis personas.
La cocina japonesa es simple y elegante, de sabores puros y complejos a la vez, es delicada, precisa, exacta, es quizás la gastronomía de mayor influencia mundial en la actualidad. Lo fue, incluso, para el mejor del mundo: Ferrán Adriá, quien dijo: “Nosotros somos bárbaros con tenedor y cuchillo, a ellos les bastan dos palillos”.
No es un secreto ni una novedad, es simplemente el mejor y no se dice lo suficiente. Cada uno de nosotros lo debería saber y poder probarlo para constatarlo.
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Técnicas de cocción muy corrientes que, para mí, deben sepultarse. Muchas por supuestos olores, otras por comodidad, otras por ignorancia y otras, hasta por gustos inentendibles, porque, aunque digan lo contrario, de gustos está todo escrito. Por supuesto, siempre hay pequeñas excepciones a cada punto, pero por regla general es así. ¿Cuáles otras se te ocurren? ¿En cuáles no coincidís?
Porque las modas cambian, porque los paladares mutan, porque importa más el rendimiento y los costos, porque no hay demanda, porque simplemente no eran tan ricos o, porque: solo nos olvidamos. Algunas preparaciones que fueron populares y clásicas en los restoranes y cocinas argentinas, sobre todo porteñas, y hoy se encuentran olvidadas o en vías de extinción.
Ideas simples para enaltecer los platos de todos días. Para salir de lo habitual o darle una vuelta de tuerca a esos clásicos. Mis consejos para algunos platos básicos que solemos comer bien seguido. Otro estilo de milanesa, un puré o una tortilla de papas perfecta, cómo hacer un caldo casero bien rápido o, por ejemplo, con qué salsear cada tipo de pescado.
Malos productos de supermercado que podríamos dejar de consumir y reemplazarlos muy fácilmente por otros mejores y, casi siempre, más baratos. Muchos, son productos ya elaborados para comer peor pero congraciarnos con nuestra fiaca. En otros casos, supongo, solo se trata de ignorancias o costumbres; por ir a lo seguro, por no asumir ningún riesgo o preferir comer peor y más caro, pero conocido.