
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
En el 2024 vamos a haber comido, cada uno de los argentinos, la menor cantidad de carne de vaca de nuestra historia. Entonces, si tenemos que comer menos, al menos que sean los mejores. Nada de maduraciones o cocciones ajenas a nuestras posibilidades de casa. Preparaciones simples que se pueden hacer con lo que encontramos en casi cualquier carnicería. Cuáles son y cómo preparar cada una.
En el 2024 vamos a haber comido, cada uno de los argentinos, la menor cantidad de carne de vaca de nuestra historia –por persona al año–, al menos desde que se tenga registro, cosa que sucede desde 1914. En el 2024 no vamos a haber comido, por primera vez en más de dos siglos de historia, más carne de vaca que de pollo –o que de cualquier otro animal–. En el 2024 no vamos a haber elegido comer la menor cantidad de carne de vaca de nuestra historia, lo cual hubiera sido respetable, incluso valorable; pero no es así: es consecuencia de su precio, de las posibilidades de cada argentino, de sus sueldos y sus obligaciones de comer y comprar, con suerte, carnes más baratas.
Así cómo la entraña y la molleja fueron cortes despreciados y baratos en algún momento, hace no tanto, ahora vamos a hablar de otros que, por suerte, todavía, son injustamente infravalorados y por tanto, aún, relativamente baratos. Los secretos, los mejores métodos de cocción y una vuelta al mundo de recetas con cada uno de estos nueve cortes que vale la pena usar mucho más.
Son palabras que escuchamos e incluso consumimos cada vez más, pero realmente: ¿sabemos qué significan? Qué es el tempeh o el miso, qué es un vino naranjo o un fideo alcalino, qué es en realidad una masa madre o una carne madurada, ¿la comida plant based es lo mismo que la vegetariana?, y esa parrilla llamada kamado ¿sirve para algo?, sabemos qué son realmente el lúpulo y la malta o qué es eso del pop-up que aparece por todos lados.
La forma de cocción más antigua y natural, más rudimentaria y perfecta. Acá somos los reyes del asado y la carne de vaca pero, ¿la asamos de la mejor manera? Forma de cocción que en la última década tuvo un resurgir, una gran puesta en valor, un lugar en la alta cocina que nunca había tenido. Aquí un repaso por nueve de las parrillas o asadores más afamados y reverenciados; un repaso por sus técnicas de cocción, sus productos primarios y sus elecciones y decisiones a la hora de asar la carne, la vaca. Todos creen hacerla de la manera más perfecta, todos tienen un método distinto. Asar es simple y a la vez, puede tener infinitas variantes.
La Buenos Aires de las parrillas o las parrillas de Buenos Aires: las mejores 7 parrillas de barrio, 5 parrillas elegantes de toda la vida y 3 de las que llegaron hace bien poco con la moda.
Pollos negros, pescados de millones de dólares, chanchos que comen frutos secos y vacas que hibernan durante más de una década.
Harto de las hamburgueserías, la sobrevaloración y su excesivo espacio en la escena gastronómica actual te propongo que las hagas en tu casa, ahorres y comas algo mucho más rico.
Todo cambió, a partir de ese 14 de julio de 1789 el mundo no fue igual y por supuesto, la gastronomía tampoco. La revolución que estalló por falta de comida terminó revolucionando las cocinas.
Una cocina italiana que, curiosamente, no llegó a Buenos Aires. Solo el 1,4% de los inmigrantes italianos que llegaron a la Argentina a fines del siglo XIX y principios del XX provinieron de la región del Lacio –capital Roma–. Una cocina más bien de clases bajas, con mucha menudencia, corte despreciado, fiambres no elegantes y quesos de oveja. No se trata de una “cocina de producto” despojada y elegante sino, al contrario, de enaltecer con mano y corazón alimentos baratos. Una cocina de casa, reconfortante y bastante simple de preparar. Pocos ingredientes, ricos.
Sobre todo es, y también es muy buena, seguro que no es mala, pero también, casi seguro, que no es la mejor.
Técnicas de cocción muy corrientes que, para mí, deben sepultarse. Muchas por supuestos olores, otras por comodidad, otras por ignorancia y otras, hasta por gustos inentendibles, porque, aunque digan lo contrario, de gustos está todo escrito. Por supuesto, siempre hay pequeñas excepciones a cada punto, pero por regla general es así. ¿Cuáles otras se te ocurren? ¿En cuáles no coincidís?
Porque las modas cambian, porque los paladares mutan, porque importa más el rendimiento y los costos, porque no hay demanda, porque simplemente no eran tan ricos o, porque: solo nos olvidamos. Algunas preparaciones que fueron populares y clásicas en los restoranes y cocinas argentinas, sobre todo porteñas, y hoy se encuentran olvidadas o en vías de extinción.