Mi postre favorito, la tarta de queso en casi todas sus versiones, se está imponiendo de la mano de la tarta vasca, el nuevo bocado fetiche de la mesa dulce porteña. Sus orígenes, sus versiones alrededor del mundo y dónde comer las más ricas.
La albóndiga es una gran comida que conquistó el mundo en diversas pero cercanas versiones. Tienen más de tres mil años de historia e infinitas recetas. Acá, te cuento su historia, sus orígenes, sus mandamientos para hacerlas en casa y ocho de sus variantes más famosas alrededor del mundo y dónde probar cada una de ellas en Buenos Aires.
Buenos Aires se ha vuelto caro, muy caro; casi todo y también sus restoranes. Sobre todo para nosotros, por supuesto, los argentinos con pesos, pero ya también para los turistas con dólares. Sin embargo, siguen abriendo y abriendo restoranes que elogian y enarbolan la comida sencilla, simple, honesta; para todos, ofreciéndola, mayormente, a precios lejanos, excluyentes, ilógicos; para pocos.
La empanada es uno de los íconos de la gastronomía argentina y un embajador patrio en el mundo. Pero: ¿son argentinas? Tantas veces nos dijeron que eran nuestras, tantas veces escuchamos que se quemaron los dientes aquél día lluvioso de mayo de 1810, tantas veces sentimos orgullo por ellas: ¿tantas veces nos engañaron? Cada cultura creó o reversionó sus propias masas rellenas más o menos parecidas, algunas se impusieron a nivel global más que otras, pero todos y cada una de las grandes culturas de este mundo tiene su “empanada”: el lajmayín o fatay árabe, las samosas indias, las salteñas bolivianas, el brik tunecino o los nems vietnamitas; entre tantas otras.
Nueve comidas bien porteñas en sus versiones clásicas y modernas, en su receta tradicional o reversionada. ¿Cuál de los dos es cocina Argentina: la copia más fiel de su antepasado europeo o a las tradiciones criollas o aquél que se modificó y resignificó en estas tierras?
Sus orígenes, historias, estilos, características, dónde comprarlos o dónde probar los mejores. Palpitando la semana patria, qué mejor que honrar a nuestro matrimonio más célebre –o una oda contra el chorizo mariposa–. Hablen ahora o callen para siempre.
Nuevas pizzerías de Buenos Aires que valen la pena. Pese a que la pizza es un clásico argentino del siglo XX, uno de los emblemas de nuestra cocina patria luego de la oleada de inmigrantes italianos; en los últimos años hubo un nuevo despertar de la pizza, desde otro lugar, con otra filosofía y aspiraciones. La búsqueda de una pizza con otras intenciones, otros productos y otras recetas. Se amplió el abanico, llegaron estilos que no había, productos que no se encontraban y demandas que no existían hasta hace cinco años. Por eso, en los últimos tres o cuatro años abrieron en Buenos Aires decenas de pizzerías que aspiran a ofrecer eso: pizzas más allá de las clásicas porteñas de toda la vida. Muchas de las nuevas, buscan emular el estilo napolitano, pero otras, el neoyorquino o el romano o incluso, encontrar buenas reversiones modernas de la pizza porteña.
Las historias, formas, características y dónde probar las grandes pastas rellenas del mundo. Asociamos a la idea de pasta rellena con sus variantes italianas y sobre todo, a los ravioles, pero casi cada gran cultura creó o adoptó alguna pasta rellena como propia. Hay decenas de ellas desperdigadas por el mundo que deben ser descubiertas y saboreadas. Tales como los jiaozi chinos, los momos tibetanos, los manti turcos y los mandu coreanos, los pelmeni rusos o los pierogi polacos, entre tantos otros.
El origen de su concepto, su historia, el curioso devenir de los hermanos McDonald’s y dónde comer los mejores fast–food del mundo en Buenos Aires más allá de la hamburguesa y las grandes cadenas.
Comer en un restorán que se las dé de algo debe ser más que solo comer, más que ir a buscar sabores conocidos y recontra masticados; debe ser chocarte con algo que uno no fue a buscar ni podría imaginar. Deben ser experiencias, emociones –buenas y malas–, sorpresas, novedades, enriquecerse; simplemente, de alguna manera, vivir y no pasar los días uno tras otro o en este caso, las comidas. Y eso, en Mercado de Liniers sucede, suceden cosas, te pasan cosas: crean, provocan, son osados.
Acá te propongo salir, disfrutar del verano porteño a través de sus calles pero también de sus sabores, sus olores y sus productos; patrios y de cada rincón del mundo que quiso poblar la República Argentina. Paseos por los barrios porteños, por sus mercados, sus negocios y sus restoranes. Recorridos a pie caprichosos; los que yo haría para probar cocinas, entender mundos y conocer cosas nuevas –o no tanto–. Tanto para pasear como para comprar productos o sentarte a comer. Cinco muy buenos recorridos.
La historia y los pormenores de la biblia sagrada de los cocineros ¿Es confiable? ¿Negocio o romanticismo? ¿Estamos al nivel?